El hábitat natural de un bebé es el cuerpo de su madre, tal como explica el Dr. Nils Bergman. Por eso, el porteo es una herramienta no solo práctica, sino también muy recomendable para mantener ese periodo de exterogestación que nuestro bebé necesita para completar su desarrollo.
¿Qué portabebés utilizar para comenzar a portear?
Un fular o pañuelo es una tela larga (te aconsejo que no comiences con menos de 3,20m, siendo los más largos de 5m) y unos 70 cm de ancho. Es el portabebés más versátil:
- Sirve para cualquier porteador, incluso usándolo en los mismos períodos de tiempo.
- Se puede utilizar desde el nacimiento del bebé.
- Permite colocar al bebé en múltiples posiciones, tanto al frente como a la espalda.
- Reparte el peso del bebé de manera uniforme sobre tu cuerpo, haciendo que el porteo sea más confortable.
Pero es cierto que muchos papás y mamás se “asustan” un poco al ver la cantidad de tela que tienen que manejar. Pero no hay de qué tener miedo.
Consejos para no asustarse del fular
El uso del pañuelo requiere un poco de práctica, así que tómate tu tiempo para buscar el momento más adecuado para ti y para tu bebé y evita tensiones.
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Practica y no te desanimes, es como aprender a andar en bicicleta o conducir.
Si tienes tiempo de practicar con el fular durante el embarazo, utilizando un muñeco o un peluche, cuando nazca tu bebé ya estarás familiarizada con el tejido y con los nudos.
Por supuesto, también puedes practicar con un muñeco aunque el bebé ya esté en casa, hasta que te sientas lo suficientemente cómoda con tu pañuelo como para utilizarlo con tu hijo.
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Busca un lugar cómodo, práctico y que os haga sentir seguros.
Es muy aconsejable tener un espejo en el que comprobar que la posición del bebé y la colocación de la tela es correcta.
Por ejemplo, si tienes espejos en tu dormitorio, frente a la cama, puede ser el lugar perfecto porque te permite dejar al bebé sobre la cama mientras te colocas el fular. Así, minimizas los riesgos y tú estarás más tranquila.
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Tu bebé refleja tu estado de ánimo.
Por eso, es necesario que tú estés tranquila y confiada, que no intentes anudarte con prisas o con inseguridad.
Procura disponer de tiempo suficiente para poder probar con calma y que tu bebé perciba esa tranquilidad. Si tú te pones nerviosa, tu bebé se pondrá nervioso. Si tienes prisa por salir de casa, tal vez no sea el mejor momento para probar, sobre todo las primeras veces.
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Por supuesto, también es necesario que el bebé esté calmado.
No intentes meterle en el fular si tiene hambre, sueño o hay que cambiarle el pañal. Si el bebé está incomodo, lo manifestará llorando y tú no conseguirás estar tranquila.
Puedes hablarle mientras lo colocas, explicándole lo que vas haciendo, con un tono relajado y tranquilo. Eso os ayudará a ambos a estar más cómodos.
También puedes balancearte o bailar para que el bebé perciba el movimiento tal y como cuando estabas embarazada.
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Busca un ambiente en calma y sin presiones externas, a solas si es necesario.
Muchas veces, los acompañantes (papás, abuelas, tías…) con la mejor intención, te van a indicar lo que (creen que) tienes que hacer. Y eso puede generarte más ansiedad que tranquilidad. Hasta que no te encuentres totalmente segura con lo que estás haciendo, es preferible que busques un ambiente lo más tranquilo posible, y eso puede pasar por intentarlo a solas, tú y tu bebé.
Empápate de vídeos, manuales y fotografías. Decide qué nudo es el que te parece más adecuado para ti y para tu bebé. Puedes pedir consejo a otras mamás o contratar una asesoría de porteo, pero asegúrate de que la asesora sepa de qué habla. En Granujas tenemos este servicio, si estás en Valencia o alrededores, estaré encantada de atenderte.
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Familiarízate con tu fular.
Si puedes tener tu fular antes de que nazca tu bebé, utilízalo, úsalo, sóbalo… Puedes anudarte el pañuelo a modo de faja sobre tu barriga de embarazada. De este modo, no solo conseguirás encariñarte con él, sino que te acostumbrarás a utilizarlo y anudarlo sobre tu cuerpo y cuando nazca tu bebé, te resultará mucho más sencillo.
Por último, recuerda que lo más importante para el uso de cualquier portabebés es que tanto bebé porteado como adulto porteador estén a gusto. Por eso, no te desanimes si al primer intento no sale del todo bien. Te aseguro que, en cuanto le tengas tomado el pulso a tu fular, vas a enamorarte de él y se convertirá en un elemento indispensable para vosotros.
* Fotos de Andeueros fotògrafs
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