Tener a los bebés descalzos debe ser una de las grandes preocupaciones maternas de la historia, porque uno de los recuerdos que tengo de mi infancia es oír a mi madre regañándome para que me calzara. ¿A ti te pasa igual?
Hubo una época, no hace tantos años, en la que se aconsejaba a los padres que calzaran a sus hijos pronto, incluso aunque no caminaran aún, con botas rígidas que sujetaran bien el tobillo.
Fue una creencia tan arraigada que, aún hoy, algunas personas buscan ese tipo de calzado para los niños. A mí me los han pedido en la tienda.
Por suerte, cada vez más gente es consciente de que esto es absolutamente erróneo. ¿Has caminado alguna vez con unas botas de esquiar? ¿Cómo si fueras IronMan, pero sin cohetes en los zapatos?
Pues eso es lo que siente tu bebé con calzado rígido, pero multiplicado por 1000, porque sus pies son mucho más sensibles que los nuestros.
¿Por qué los niños se descalzan?
Los bebés de menos de un año suelen pasar una etapa en la que constantemente se quitan los zapatos e incluso los calcetines.
En torno a los 8 o 10 meses, tu bebé está en plena fase de descubrimiento de su propio cuerpo y cualquier elemento en los pies es un estorbo en su exploración. En esta etapa, en la que ni siquiera camina, el calzado de tu bebé es absolutamente innecesario.
De hecho, la sensibilidad de sus pies en esta etapa es incluso más fina que la de sus manos. Por eso trata de tocar todo con sus pies, los manosea e incluso se los lleva a la boca, donde las terminaciones nerviosas sensitivas son más sensibles.
Calzando a tu bebé en esta etapa estás limitando su capacidad de exploración y de obtener información relacionándose con el mundo. Por supuesto, va a rebelarse, y se quitará cualquier prenda de los pies (y tú te volverás loca tratando de no perder sus zapatitos).
Alrededor de los 2 o 3 años, comienza la etapa de exploración de su entorno. Nuevamente los pies se convierten en un órgano fundamental para su desarrollo, y tenderá a descalzarse en cuanto te descuides.
Como ya te he dicho, es normal y lógico, si piensas en las fases de desarrollo de tu pequeño.
Pero es que, además, es bueno que tu bebé ande descalzo.
Beneficios de andar descalzo para el desarrollo físico
Todos los niños tienen los pies planos hasta los 3 o 4 años (algunos, incuso hasta los 6). Es la época de esos pies redonditos y prácticamente comestibles 🙂 en los que no se aprecia el arco plantar.
Al caminar, tu bebé usa apoya toda la planta del pie en el suelo porque los ligamentos son aún muy elásticos y la planta del pie está protegida con una capa de grasa.
A medida que el bebé va utilizando los pies, su musculatura se fortalece, la grasa se reduce y se va formando el arco plantar.
Si tu bebé aprende y se acostumbra a caminar con zapatos o botas, el calzado evitará el “trabajo” que tienen que hacer sus pies e impedirán que sus músculos se desarrollen correctamente.
Caminando descalzo, el niño gana seguridad y equilibrio, porque distribuye mejor su peso, utilizando las almohadillas de sus pies en lugar de los talones.
A partir de esa edad, para comprobar si el pie de tu pequeño aún está en formación, pídele que se ponga de puntillas mientras está descalzo. Si cuando está de puntillas es visible el arco plantar, es un pie perfectamente normal.
De lo contrario, además de visitar a un especialista, procura que camine descalzo para fortalecer la musculatura de su pie.
Beneficios de andar descalzo para el desarrollo neurológico
Como te comentaba, los pies de un bebé son incluso más sensibles que las manos en sus primeros meses.
Ya sabes que el sentido del tacto es primordial para el desarrollo de tu hijo. Tocando las cosas con las manos y los pies, obtiene información del mundo y se relaciona con él.
La inteligencia infantil se desarrolla a través de la necesidad de experimentar y aprender y eso implica interactuar con el mundo físico, manipulando objetos o experimentando sensaciones al tocar distintas texturas.
Por eso es realmente recomendable que el niño pueda estar descalzo en casa, en la playa, sobre una alfombra, e incluso en superficies desiguales, para potenciar su sentido del equilibro.
Este enfoque conecta directamente con el método educativo de Emmie Pickler, una pediatra que investigó sobre la intervención de los adultos en el desarrollo motor de los bebés.
Pickler partió de la premisa de que el desarrollo motor es espontáneo, es decir, que los niños aprenden a moverse solos, sin necesidad de que un adulto los ayude a sentarse, sostenerse de pie, caminar, etc.
En su libro Moverse en libertad (puedes leer algunas páginas AQUÍ) explica su método de educación psicomotora que consiste en dejar al niño en completa libertad para moverse en espacios adecuado y con ropa adecuada que permita sus movimientos. Es fácil llegar a la conclusión de que el calzado sobra ¿verdad?
Al sentirse libres, los pequeños los pequeños muestran mayor actividad e interés en desarrollar su autonomía.
Si te ha llamado la atención el movimiento en libertad de los bebés, te va a encantar este vídeo producido por la Asociación Pikler-Lóczy de Hungría. La calidad no es muy alta, pero verás cómo se mueven los niños… y la cantidad de pies descalzos que aparecen. 🙂
Entonces ¿no debo calzar nunca a mi bebé?
Evidentemente, la seguridad y la salud de tu pequeño están por encima de todo, pero puedes dejarle descalzo minimizando riesgos.
Si tu suelo es de madera, moqueta, no es frío… tu bebe puede caminar descalzo sin problemas. Asegúrate de proporcionarle un entorno seguro que evite que se pueda hacer daño (algo que ya habrás hecho si has pasado la fase de gateo 😉 )
En las ocasiones en las que te preocupe el frío o la suciedad (por ejemplo, si le dejas en un campo o el arenero del parque, si el clima no es cálido o la superficie es demasiado desigual), puedes optar por calcetines con suela antideslizante o mocasines de piel flexible, que se adapten por completo a los pies de tu hijo y sus movimientos.
En definitiva, la idea es permitir que los pies de tu bebé se desarrollen libremente, tomando las medidas necesarias para evitarle cualquier peligro.
En caso de que decidas calzarle, asegúrate de que sean zapatos flexibles, blandos, que no aprisionen su tobillo y le permitan libertad de movimientos y sensaciones.
Si no sabes a qué me refiero, puedes ver los modelos que tengo disponibles en mi tienda online Granujas.
No obstante, si tienes cualquier duda al respecto, recuerda que en Granujas estaré encantada de atender todas tus consultas.
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